lunes, 28 de febrero de 2011

VALORES Y ACTITUDES AMBIENTALES Y SU RELACION CON LA POLICA AMBIENTAL

Los seres humanos nos guiamos por reglas o comportamientos de acuerdo al medio que nos rodea, he aqui donde los valores nos permiten convivir con ciertos niveles de tolerancia.  Si en algun momento dejamos de utilizar esos valores la convivencia con nuestro entorno sufre un cambio drástico.
Aunque los valores morales son los que tienen más importancia en la vida del ser humano, esto no quiere decir que el resto de los valores no tengan importancia.
En la sociedad actual la formación y capacitación de las personas es una necesidad, ya que se ha demostrado que al inculcarse, y trabajar con una buena formación logramos cambiar de una manera positiva nuestro entorno y por ende nuestra calidad de vida.
Niños y adultos hemos manifestado la magnitud que tienen los problemas ambientales y cómo afectan nuestra sociedad, como es de gran importancia social las actividades y tareas que se proponen para el mejoramiento del medio ambiente, como debe practicarse su protección, estamos de acuerdo que es un deber personal, familiar, estatal e incluso internacional, tener una acitud positiva a nuestro medio ambiente es un deber con la patria y el Estado.
La política ambiental de México se estableció durante los años ochenta y noventa, como una necesidad de apoyar el gran deterioro que se comenzaba a presentar en esos años, pero la  diversidad del entorno natural en nuestro país fué convertida en un factor económico supuestamente inagotable,  donde como resultado tenemos deterioros irreversibles que empiezan a ser reconocidos como tales desde los años ochenta y por el cual esta surgio esta política, y aunque es cierto que hay muchas mejoras y nuevos programas, aun sigue prevalenciendo el factor económico como lo más importante sin tomar en cuenta la repercución que ocasione al medio ambiente a nuestro medio ambiente.

martes, 22 de febrero de 2011

PLANETA TIERRA CONSERVACION DE ESPECIES

Todos somos parte de este planeta, sin embargo no tenemos la cultura de cuidarlo, si trabajáramos en conjunto y supiéramos que hacer, no estaríamos viviendo la situación actual.
Muchos animales que ni siquiera conocemos se encuentran en peligro de extinción, como el Leopardo Amur donde solo quedan 30 en estado salvaje, anfibios, elefantes, osos polares etc. Su casa y su hábitat están siendo amenazados por el hombre. Zonas forestadas están siendo seriamente amenazadas por la tala del hombre sin conciencia alguna.
Algunos  científicos estudian el entorno de estos animales para tratar de salvar estas zonas, pero cada vez es más difícil.
Debido a los grandes cambios climáticos en nuestro planeta los polos se están deshaciendo, a consecuencia de esto millones de osos polares están muriendo, y se calcula que estas se exterminaran en 50 años.
El quipo de Planeta Tierra filmo hace 15 años una zona de antílopes, donde hoy hay prácticamente nada, ya que los cazadores usan sus cuernos para la medicina.
Todas las especies de animales son importantes, se tienen que cuidar cada una de ellas, no solo las que están en peligro de extinción, las plantas, los ríos; todos cumplen un rol en el ecosistema.
El Congo es un lugar muy especial, donde se encuentra una reserva para proteger a los animales. Si no se mantiene esa organización al tanto, esa área ya hubiera desaparecido.
En algunos zoológicos, científicos recolectan y congelan el ADN de algunas especies para preservar algunas especies de animales que están en peligro de extinción, creando una red de seguridad para aquellos animales que están perdiendo su hábitat.

lunes, 21 de febrero de 2011

VALORES Y ETICA AMBIENTAL

Desde pequeños sin darnos cuenta comenzamos a darle valor a cada cosa, al igual que lo hacemos con personas. Y es que todo en esta vida tiene valor. Pero en ocasiones no somos capaces de observar o mirar y mucho menos valorar el medio ambiente en el vivimos, y entonces como seremos capaces de cuidarlo?
No podemos hablar de que somos seres éticos o con valores si, a la primera oportunidad, vamos tirando basura por la calle, o mientras el gobierno nada una respuesta para detener la contaminación no somos responsables de hacer lo que como sociedad nos corresponde.
La ética juega un papel primordial en el manejo del ambiente y, por ende, debe ser pilar fundamental en todo proceso de educación ambiental. Incidir en la sensibilización y en la concientización de los colectivos para que su comportamiento genere nuevas formas de relación con su ambiente particular y global es uno de los propósitos más importantes de la educación para el ambiente.
Las alternativas de solución a los diversos problemas ambientales deben ser el producto de las decisiones responsables de los individuos, las comunidades y en últimas de la sociedad, atendiendo a los criterios de valoración de su entorno, íntimamente relacionados con el sentido de pertenencia y, por ende, con los criterios de identidad.

Fomentar una ética ambiental y desarrollar el aspecto axiológico (conjunto de valores) son algunos de los objetivos de la educación ambiental. En el campo de la ética, hay una distinción de la conducta social frente a la antisocial.

La educación ética para el ambiente debe contribuir a la formación de individuos y de las sociedades en actitudes y valores para el manejo adecuado del medio, a través de una estructura que obedezca a una reflexión crítica y estructurada que haga posible comprender el por qué de esos valores para asumirlos como propios y actuar en consecuencia.

Todas estas perspectivas deben hacer posible un verdadero trabajo crítico que reoriente la cultura científica para ponerla al servicio de los seres humanos, de suerte que en su reflexión sobre el sentido de la vida y sobre su responsabilidad social incluyan la utilización de la ciencia y la técnica de manera adecuada a las necesidades propias de un desarrollo social autónomo, al igual que los saberes comunes y tradicionales.

La mayoría de los problemas ambientales del mundo actual son esencialmente causados por el hombre. El papel del hombre es, por tanto, crucial, ya que es su actitud hacia el medio ambiente humano y natural la que ha configurado el medio ambiente de hoy. Obviamente que el cambio de su actitud y la conducta del hombre están relacionadas directamente con el sistema de valores de la sociedad contemporánea. Históricamente, los valores individuales y sociales no siempre han estado en los mejores intereses de preservar un ambiente de calidad.

La crisis ambiental actual obliga al hombre a reexaminar sus valores y a alterarlos cuando sea necesario a fin de asegurar la supervivencia humana. Se debe formular un sistema de valores de prioridades ecológicas para que lleguen a ser leyes mundiales.

Se debe pensar que cada ser humano tiene derecho a vivir y satisfacer sus necesidades básicas. Si el hombre pudiera vivir en armonía con la naturaleza y actuar como un responsable “cuidador” o “guardián” del medio ambiente, sería posible lograr un futuro ecológicamente saludable para las generaciones venideras. El hombre con su poder tecnológico único ejerce un profundo efecto sobre su medio ambiente. Por eso, en cierta medida, puede controlar su propio destino.

Para vivir en armonía el hombre tiene que desarrollar una manera equilibrada de pensar, de sentir y de actuar hacia el medio ambiente.

Una ética ambiental es básicamente una ética basada en la justicia social para todos sin discriminación de casta, raza, sexo, religión, ideología, región o nación. (UNESCO, 1990, 51). También es un factor relevante de todo sistema económico, político y social ya que en éste hay implícita una visión determinada del hombre, de su ser, sus atributos, su origen y su destino.

Cada sistema económico, político y social genera una visión de hombre que lo sostiene. Esto explica la exigencia de partir no sólo de nuevas estructuras socio - económicas sino también de nuevos valores; éstos dependen en gran parte del tipo de educación vigente que a su vez está condicionada por la estructura socio - económica del país.

La visión integral del hombre debe estar acorde con la transformación educativa, que pretenda consolidar nuevos caminos, crear actitudes y normas de comportamiento frente a los demás y hacia la naturaleza, que haga posible la realización de todo hombre en la sociedad y contribuya en forma significativa a la formulación de una toma de decisiones razonables en lo ambiental ya que esto supone el análisis cuidadoso de los aspectos ecológicos, económicos, sociales y técnicos; además deben examinarse, antes de tomar una decisión, diversas alternativas políticas, acciones y prácticas.

Las decisiones que afectan el medio ambiente pueden ser hechas por un individuo, una familia, una sociedad, los consumidores, las industrias y el gobierno.

Tales decisiones ambientales pueden adoptarse con base en la jerarquía de valores que prevalecen sin tener ninguna consideración ecológica. Por ejemplo, en el siglo actual, las sociedades tecnológicamente avanzadas han considerado un estándar de vida, de desarrollo industrial como su valor colectivo Principal.

Las consideraciones ecológicas han tenido una baja prioridad, porque las sociedades no calcularon las consecuencias a largo plazo impuestas por su jerarquía de valores, como consecuencia la calidad del medio ambiente del hombre se ha degenerado.

La educación al igual que la ética se concibe como un proceso permanente de carácter social y personal a través del cual se reconoce la necesidad de reconstruir las relaciones hombre-naturaleza - sociedad; esto redunda en el mejoramiento y conservación del medio ambiente natural, socio - cultural, interpersonal y creado, por lo tanto fortalece las posibilidades y permite divisar con claridad la responsabilidad que posee el ser humano para con su entorno y la capacidad interpretativa frente a él.

Por el sólo hecho de tenerse en cuenta los valores en el proceso educativo de un modo explícito y sistemático, tiene que generarse, necesariamente, importantes cambios en el medio ambiente; el sólo hecho de reconocerle a las comunidades sus derechos y de que éstas reconozcan sus deberes permite romper un silencio y preparar el terreno para profundas transformaciones en el mismo hombre, en su relación con los otros y con su ambiente. Una educación centrada en valores es una educación centrada en el hombre, pues el hombre está, por su mismo ser, llamado a la realización en valores.

La ética y la educación para el ambiente orientadas hacia la formación de ciudadanos para una sociedad auténticamente humana tienen que ser consciente de los medios que emplearán para comprometer a la mayoría, de modo que puedan surgir, los mejores, como agentes de la política, y todos puedan tener actitudes de participación y criterios para juzgar el poder.

Los criterios para ejercer el poder con justicia o para juzgar el poder con determinados valores, como la libertad, la participación, la paz, la concordia, la solidaridad y otros comúnmente admitidos. Pero la aplicación de la ética y de la educación para el cambio no requiere solamente la formación de unos valores determinados relacionado con lo político. Es necesario pensar en valores de la persona y de la comunidad que atiendan a los aspectos de desarrollo de la especie humana en su generación presente y futura conservando su medio ambiente.

Una educación en valores, es una educación para el cambio, tiene que tener como primer objetivo la superación de los límites y condicionamientos que impone la cultura. Por lo tanto, el hombre debe ser capaz de descifrar el pasado y crear el futuro, habituándose al pensamiento alternativo. Esto no es fácil, puesto que el discernimiento de los valores es un proceso individual, y sólo cuando la persona llega a vivenciar un valor, éste existe realmente para ella.

No es posible la valoración personal sin una conciencia de elección libre y comprometida, por tanto, es básico y prioritario favorecer los dinamismos de la personalidad que conducen hacia la autonomía, hacia la experiencia de ser persona.

Cada grupo humano tiene una escala de valores que pueden provenir de fuentes muy diversas: intereses personales, valores colectivos impuestos, por ejemplo: normas, pautas de comportamiento, la moda, el prestigio…. En una educación con escala de valores para el cambio se tendría que dar una paulatina ruptura para ser sustituidas por otras reflexivamente aceptadas. Estos cambios, para que puedan mantenerse, tienen que ser comunitarios.

El hombre como ser en permanente proceso de formación integral, cada una de sus dimensiones deben ser objeto de transformación a través de procesos educativos concordantes y armónicos con el ambiente; desde este punto de vista, la ética se convierte en un eje transversal en el desarrollo socio - humanístico del hombre, por lo tanto, el fomento de una ética ambiental y el desarrollo de lo axiológico, conjunto de valores, son una exigencia en el mundo actual que define la conducta social y ambiental de la especie humana.

En el hombre es importante diferenciar lo que son los deseos de lo que denominamos aspiraciones. Los primeros provienen de su fisiología, son impulsos instintivos que deben ser controlados. Las aspiraciones reflejan sus intentos por ser mejores, por trascender las imperfecciones propias de la naturaleza humana, para instaurar lo que todavía no existe en el mundo que uno quisiera introducir en él, son las que empujan la creación. La moral es justamente el control que la sociedad se impone a la capacidad creadora, con el fin de proteger el bien común. Las aspiraciones se originan en las profundidades del espíritu, ligando al hombre al plan evolutivo, en busca de lo santo, la sabiduría y la creatividad.

En el proceso de humanización el hombre adquiere su plenitud que le permite proyectarse al mundo, dotado de sensibilidad por el cual recibirá los mensajes que la realidad externa le entrega, y aquellos que provienen de su interior, como son las aspiraciones que nacen en el inconsciente; inteligencia que hace posible tener conciencia de los mensajes recibidos, al traducirlos en ideas claras e inteligibles, lógicamente organizadas; y la voluntad que es la facultad que le permite elegir libremente entre los deseos y las aspiraciones. La combinación de estas tres fuerzas le confieren al hombre el dominio de sus facultades y por tanto de su libertad, patrimonio de la conciencia humana del cual depende el futuro del hombre.
FUENTES:

CRECIMIENTO ECONOMICO

El crecimiento económico es una variable que aumenta o disminuye el producto interior bruto (PIB). Si el PIB crece a un ritmo superior al del crecimiento de la población, se dice que el nivel de vida de ésta aumenta. Si por el contrario la tasa de crecimiento de la población es mayor que la tasa de crecimiento del PIB, podemos afirmar que el nivel de vida de la población está disminuyendo.
El crecimiento se puede medir en términos nominales o reales (descontando los efectos de la inflación). Si el PIB nominal ha aumentado a una tasa de crecimiento del 5% y la inflación alcanza una tasa del 4% en el mismo periodo, podemos decir, en términos reales, que la tasa de crecimiento es del 1%, que es el aumento real del PIB.
La tasa de crecimiento económico se utiliza para realizar comparaciones entre distintas economías, o entre una economía y el grupo de países a la que pertenece. Por ejemplo, la tasa de crecimiento de Argentina o Uruguay puede compararse con la media o promedio de los cuatro países integrantes del Mercosur mientras que, para el caso de España, puede ser más interesante comparar su tasa con la de los 15 países integrantes de la Unión Europea.
Desarrollo Económico:
En la actualidad, el concepto de “desarrollo económico” forma parte del de “desarrollo sostenible”. Una comunidad o una nación realizan un proceso de “desarrollo sostenible” si el “desarrollo económico” va acompañado del “humano” -o social- y del ambiental (preservación de los recursos naturales y culturales y despliegue de acciones de control de los impactos negativos de las actividades humanas).
Algunos analistas consideran que el desarrollo económico tiene dos dimensiones: el crecimiento económico y la calidad de vida (satisfacción de las necesidades básicas, tanto materiales como espirituales).
Sin embargo, es comprensible incluir el tema de la calidad de vida dentro del “desarrollo humano”, con lo cual reducimos el “desarrollo económico” a las consideraciones sobre la generación de riqueza o, lo que es lo mismo, sobre el incremento de la producción de bienes y servicios. Si el ámbito geográfico de análisis es lo local -o municipal-, hablamos de desarrollo económico local.
Algo de Historia:
En la década de los cincuenta, el desarrollo se entendió prácticamente como un sinónimo de crecimiento económico e industrialización. El ser humano fue considerado como un factor más de producción, es decir, como un medio para alcanzar un crecimiento económico mayor. El indicador por excelencia del desarrollo fue el ingreso por habitante. Además, se consideró que existía un solo camino al desarrollo y que el modelo era Estados Unidos. Estas ideas se convirtieron en las dominantes a la hora de hablar del desarrollo de un país.
En la década de los sesenta se cuestionó la anterior concepción de desarrollo. El profesor Dudley Seers formuló con claridad la crítica a un concepto de desarrollo reducido al crecimiento económico. Según Seers, si queremos saber si un país se ha desarrollado debemos preguntarnos qué ha pasado con la pobreza, el desempleo y la desigualdad. Si estos problemas han empeorado no se podría hablar de desarrollo, aun cuando el ingreso por habitante se haya duplicado. Por lo tanto, queda claro que el crecimiento económico no puede ser el fin del desarrollo. Es importante resaltar que el documento nos invita a no olvidar la lección histórica: la guerra que vivimos en los años ochenta estuvo precedida por tres décadas de crecimiento económico.
En la década de los setenta, el concepto de desarrollo implicó la búsqueda de un crecimiento con equidad. En los países más industrializados surgió una creciente preocupación por el uso irracional de los recursos naturales y la contaminación ambiental que había provocado su proceso de crecimiento e industrialización. Lamentablemente, en los ochenta, la recesión de la economía internacional, la explosión del problema de la deuda externa y los problemas inflacionarios llevaron a que los objetivos económicos centrales fueran la estabilidad macroeconómica y la recuperación del crecimiento económico. La década de los ochenta e inicios de los noventa fueron los tiempos de los programas de estabilización y ajuste económico. Estos procesos de ajuste agravaron los problemas de la pobreza, la desigualdad, la exclusión social y el deterioro ambiental, prácticamente en todos los países subdesarrollados.
En la década de los noventa, se consolida un nuevo concepto de desarrollo, que es denominado “desarrollo humano sostenible”. Se entiende que el desarrollo significa crecimiento equitativo y en armonía con la naturaleza.
En fin: El crecimiento se refiere a términos nominales económicos que crecen o decrecen, el desarrollo económico, es un concepto más amplio, en donde el bienestar y las consideracionesnaturales tienen un papel más fundamental.
 

IMPACTO DE LA URBANIZACION

La rápida urbanización puede crear un estrés enorme en el medio ambiente natural. Estas presiones van más allá de la tierra que ocupan las áreas urbanas, y en realidad afectan a la tierra que abastece los recursos para el sustento de la vida urbana. Las áreas urbanas se apoderan de la produción ecológica y de las funciones de sustento de vida no sólo de las áreas cercanas sino también de las regiones distantes . Por ejemplo, las áreas urbanas constituyen únicamente el 2% de la superficie de la tierra pero consumen aproximadamente el 75% de la industria maderera. De manera similar, el 60% del agua extraída para el uso humano va a las áreas urbanas (casi la mitad para irrigar los cultivos alimentarios para los residentes urbanos, aproximadamente un tercio para el uso de la industria y el resto para uso potable y saneamiento) . El impacto ambiental de las áreas urbanas es a menudo invisible para los residentes urbanos mismos porque los ecosistemas que los sustentan pueden estar muy lejos.
A medida que se extienden las áreas urbanas, se extiende el impacto ambiental. A medida que ha aumentado de manera espectacular la población de las ciudades en los países en desarrollo, también han aumentado los niveles per cápita de consumo de recursos, la contaminación del agua y del aire y la degradación y contaminación del suelo. El alcance del impacto del ambiente urbano aumenta no sólo cuando crece la población sino también a medida que incrementa la demanda de recursos per cápita, tanto de las industrias como de los consumidores.
Otra razón por la cual los medio ambientes están bajo la presión del crecimiento urbano es que el número de hogares ha crecido mucho más rápido que la población misma, debido a la tendencia de tener familias más pequeñas y, por lo tanto, la disminución del promedio de personas por hogar. El análisis de datos de 141 países de un estudio reciente, calculó que el crecimiento anual del número de hogares (3,1%) fue mucho más rápido que el crecimiento de población mismo (1,8%) entre el año 1985 y  
el 2000. Naturalmente, más hogares requieren más unidades de vivienda, lo cual a su vez aumenta la cantidad de tierra y materiales necesarios para la construcción de viviendas.
Urban expansion, environmental consequences. Las consecuencias ambientales de la extensión urbana. El conjunto de factores económicos, políticos y sociales que determinan cómo se desarrollan las ciudades y responden al crecimiento tiene efectos poderosos en el medio ambiente. En particular, cuando el desarrollo urbano no está planeado ni regulado y las áreas urbanas se extienden en forma desordenada, por lo general, las condiciones de vivienda empeoran. Como resultado, el medio ambiente alrededor sufre, por ejemplo, a través de la eliminación insalubre de los desperdicios y por la contaminación del aire y del agua (44, 132).
A menudo, el desarrollo industrial se lleva a cabo sin tomar en cuenta el medio ambiente ni las condiciones de vida de los residentes urbanos. Muchos de los países en desarrollo optan por no exigir los pocos controles regulatorios que existen con el fin de fomentar el crecimiento de la industria. La ausencia de controles regulatorios ha contribuido con frecuencia a accidentes industriales trágicos, entre ellos el accidente en 1984 en Bhopal, India cuando una planta de Union Carbide emitió 30 toneladas de isocianato de metilo, un químico altamente tóxico que se utiliza para la producción de pesticidas. La nube de gas tóxico resultante causó 3.330 muertes y 150.000 heridos.
A pesar de que el crecimiento económico proporciona trabajos y mejora el nivel de vida para algunos, a menudo, deja a otros en peores condiciones y contribuye a los problemas del medio ambiente urbano. Por ejemplo, a medida que aumenta el crecimiento económico, también aumenta la cantidad de desperdicios producidos por persona (9, 31, 36). Muchos países en desarrollo eliminan la mayoría de los desperdicios en lugares abiertos, incluyendo, pantanos, que no pueden contener el fitrado a las aguas locales, o los incineran sin los controles adecuados de contaminación del aire.
La carga de los problemas ambientales urbanos invariablemente repercute de manera desproporcionada en los pobres. Por ejemplo, cuando los gobiernos municipales no recolectan el desperdicio sólido, las personas pobres generalmente no tienen otra opción que deshacerse de la basura en áreas no controladas para dejar que se pudra en ese mismo lugar. Además, cuando los gobiernos no ayudan a los pobres a obtener acceso a la tierra adecuada para la vivienda, muchas familias se establecen en áreas frágiles como los pantanos o en lo alto de un cerro. Dichas familias enfrentan riesgos mayores de los peligros ambientales naturales y creados por el hombre.
Estas condiciones sociales (por ejemplo, patrones de asentamientos precarios) junto con las condiciones ambientales (como viviendas provisorias que no resisten deslizamientos de tierras o par la tormentas debido a drenaje insuficiente) pueden ser combinaciones catastróficas. Por ejemplo, en Payatas, Manila, en julio de 2000, fuertes lluvias causaron que un vertedero de basura se desplomara, lo cual mató a 218 personas que vivían en asentamientos ilegales en la parte baja.
A medida que las áreas urbanas crecen y se desarrollan, dependen de recursos naturales de lugares muy lejanos para cubrir las demandas de producción y consumo. En el proceso, sus “huellas ecológicas” pesan mucho más en el medio ambiente natural. La huella ecológica representa el área
de tierra necesaria para sustentar el consumo y la eliminación de desperdicios de una población específica. El concepto ofrece una medida del impacto que tiene una población en la naturaleza.
Para poder sostener el ecosistema de la tierra indefinidamente, la huella ecológica de la humanidad debería ser únicamente 1,7 hectáreas de tierra per cápita. Sin embargo, con los niveles actuales de consumo, nuestra huella ecológica tiene un promedio de 2,3 hectáreas de tierra per cápita. Este nivel obviamente no puede mantenerse a largo plazo porque es un tercio mayor que la capacidad natural de la tierra.
Los residentes urbanos en el mundo industrializado consumen mucho más per cápita que lo que consumen los residentes urbanos en los países en desarrollo. Por consiguiente, la mayoría de las ciudades de los países desarrollados tienen huellas ecológicas más fuertes. Se ha estimado que la huella ecológica de Londres es 120 veces el área de la superficie de la ciudad, o sea unos 20 millones de hectáreas (49 millones de acres), casi igual al área de tierra productiva de Gran Bretaña en su totalidad .
A los niveles de consumo actual, una tipica ciudad de Norte América con una población de 650.000 requiere aproximadamente 30.000 kilómetros cuadrados de tierra. En comparación, una ciudad de tamaño similar en India requiere aproximadamente 2.800 kilómetros cuadrados. En promedio, los residentes de un barrio pobre en Nueva Delhi, India, requieren sólo 0,8 hectáreas (2 acres) de tierra per cápita para mantener su estilo de vida mínimo, mientras que los estadounidenses en Boston o Nueva York necesitan 8,4 hectáreas (21 acres) de tierra per cápita para sostener sus niveles de consumo . Así como los niveles de consumo per cápita son mucho mayores, el residente urbano promedio de un país industrializado genera de cuatro a seis veces más desperdicio que un residente urbano promedio de un país en desarrollo .
El cálculo de las huellas ecológicas de las ciudades no debe opacar el hecho de que ciertas empresas y grupos de ingresos altos contribuyen de manera desproporcionada a estas huellas. La huella ecológica de un hogar de bajos ingresos es mucho menor que la de un hogar más adinerado.
En los países industrializados en los últimos 25 años, los niveles de consumo per cápita han aumentado sistemáticamente un promedio de 2,3% al año. En algunos países en desarrollo, sin embargo, el aumento ha sido mucho mayor, a pesar de que comenzó de un nivel mucho más bajo. En Asia Oriental, por ejemplo, el consumo ha aumentado un promedio de 6,1% al año, lo que refleja un aumento del nivel de vida .A medida que la población ha crecido rápidamente en las áreas urbanas de los países en desarrollo y los niveles de consumo per cápita también han aumentado, el uso de los recursos se ha elevado a un ritmo vertiginoso. Mundialmente, el uso de combustible fósil se ha quintuplicado desde 1950. El consumo de agua dulce se ha duplicado desde 1960. El consumo de madera es 40% mayor que hace 25 años y el consumo de pescados y mariscos se ha cuadruplicado .Al aumentar el consumo de recursos se aumenta la producción de desperdicio. Por ejemplo, la cantidad promedio de desperdicio generado cada día en Rio de Janeiro en 1997 fue de 8.042 toneladas comparado con 6.200 toneladas en 1994. El creciente consumo per cápita explica el aumento. Durante el periodo de tres años, la población de la ciudad misma casi no creció .
FUENTE: http://info.k4health.org/pr/prs/sm16/m16chap4.shtml

POBLACION HUMANA

Población humana
La población humana comenzó a instalarse en poblados hace unos 10 000 años. Sumarían en ese momento entre cinco y diez millones de personas, un número que no afectaba de forma importante al ecosistema. A partir de entonces el crecimiento de la población fue gradual, pero relativamente lento hasta llegar al siglo XX en el que este crecimiento se ha acelerado. 
 Al crecimiento en población se ha unido el progreso técnico que nos ha dotado de una capacidad de modificar el ambiente desconocida hasta hace unos cien años. Selvas que tardaron miles de años en formarse o depósitos de petróleo que se acumularon a lo largo de millones de años están siendo consumidos en el transcurso de una sola generación. 
¿Qué influencia tiene el crecimiento de la población en la degradación ambiental? ¿Cómo está relacionada con el desarrollo? ¿Qué se puede predecir de su evolución en el futuro?. Estas cuestiones y otras similares son las que analizamos a continuación 
Crecimiento de la población mundial
Hace unos 2000 años se calcula que los habitantes de la Tierra serían unos 200 millones y no fue hasta 1804 cuando se llegó a los 1000 millones. A partir de entonces, según los datos de NNUU (Naciones Unidas) la marcha de la población fue:
1000 millones   1804
2000 millones   1927 (123 años después)
3000 millones   1960 (33 años después)
4000 millones   1974 (14 años después)
5000 millones   1987 (13 años después)
6000 millones   1999 (12 de octubre) (12 años después)

Hasta 1968 la población mundial fue creciendo cada año más que el anterior. A partir de ese año la población sigue creciendo pero lo hace más lentamente cada vez..
Las Naciones Unidas, y otras instituciones, hacen estimaciones de cual será la población en el futuro. Los datos que se dan para los próximos diez o veinte años son bastante fiables. A partir de ahí ya es muy difícil hacer predicciones y las que se dan tienen muy poco valor. Según las predicciones medias de la División de Población de NNUU, las estimaciones son:

6000 millones   1998 (11 años después) (ha sido un año más tarde
7000 millones   2009 (11 años después)
8000 millones   2021 (12 años después)
9000 millones   2035 (14 años después)
10000 millones 2054 (19 años después)
11000 millones 2093 (39 años después)

Según estas previsiones la población se estabilizaría en unos 11500 millones; pero de hecho se está dando una disminución claramente más rápida que la que las NNUU preveían y ya se está hablando de estabilización de la población en menos de 11000 millones.
Las grandes diferencias
Bajo las cifras de crecimiento del conjunto de la Tierra se esconden grandes diferencias de ritmos de crecimiento y de situaciones de población
 a) Países desarrollados.- El crecimiento de la población en los países desarrollados se ha frenado mucho en las últimas décadas. 
El índice de fecundidad es el mejor indicador de la situación de un país en relación a la demografía. Indica el número de hijos por mujer en ese país según los datos de nacimientos recogidos ese año (ver Para saber más: Demografía). Debe ser de 2,1 al menos para asegurar el reemplazo de una generación por la siguiente. En ningún país desarrollado se llega a esta cifra, estando en algunas regiones por debajo del 1,0, lo que indica que si continua así, empezarán a disminuir su población muy pronto.
Esto se refleja en las pirámides de población de estos países con bases estrechas y cimas proporcionalmente anchas que significan que la proporción de jóvenes en estas sociedades irá disminuyendo. En la actualidad, mientras la media mundial de la relación entre menores de 15 años y mayores de 64 años es de 32/6; en Europa es de 19/14.
 b) Países no desarrollados.- En los países no desarrollados la situación es totalmente distinta. El 90% del crecimiento de la población del mundo ocurre en estos países que tienen índices de fecundidad de entre 2,5 y 6.
Dentro de estos países las situaciones son también muy diferentes. Los índices de natalidad más elevados son los de Africa con un 5,8 de media. Varios países africanos, casi todos los de Iberoamérica y muchos de Asia han disminuido muy notablemente sus índices en los últimos años y se han situado en valores de entre 2,5 y 4,5. Países muy poblados, como la India, que se han situado en el 3,9 o Brasil, en 2,6, siguen descendiendo. China, Tailandia, Corea, Argentina, Chile, están acercándose a los valores de los países occidentales y otros como Japón Corea del Sur o Taiwan están ya por debajo de la tasa 2,1 de renovación de generaciones.
En resumen se puede concluir que:
·         el crecimiento de la población mundial se da, principalmente en los países en vías de desarrollo; 
·         el descenso del ritmo de crecimiento es notable en todo el mundo, mayor incluso del que hace unos años se preveía; y 
·         factor a tener en cuenta en algunos países desarrollados es la disminución de población que empezará a producirse en ellos muy pronto. 



 

IMPACTO DE LA INDUSTRIALIZACION

La especie Homo sapiens, es decir, el ser humano, apareció tardíamente en la historia de la Tierra, pero ha sido capaz de modificar el medio ambiente con sus actividades. Aunque, al parecer, los humanos hicieron su aparición en África, no tardaron en dispersarse por todo el mundo. Gracias a sus peculiares capacidades mentales y físicas, lograron escapar a las constricciones medioambientales que limitaban a otras especies y alterar el medio ambiente para adaptarlo a sus necesidades.
Aunque los primeros humanos sin duda vivieron más o menos en armonía con el medio ambiente, como los demás animales, su alejamiento de la vida salvaje comenzó en la prehistoria, con la primera revolución agrícola. La capacidad de controlar y usar el fuego les permitió modificar o eliminar la vegetación natural, y la domesticación y pastoreo de animales herbívoros llevó al sobrepastoreo y a la erosión del suelo. El cultivo de plantas originó también la destrucción de la vegetación natural para hacer hueco a las cosechas y la demanda de leña condujo a la denudación de montañas y al agotamiento de bosques enteros. Los animales salvajes se cazaban por su carne y eran destruidos en caso de ser considerados plagas o depredadores.
Mientras las poblaciones humanas siguieron siendo pequeñas y su tecnología modesta, su impacto sobre el medio ambiente fue solamente local. No obstante, al ir creciendo la población y mejorando y aumentando la tecnología, aparecieron problemas más significativos y generalizados. El rápido avance tecnológico producido tras la edad media culminó en la Revolución Industrial, que trajo consigo el descubrimiento, uso y explotación de los combustibles fósiles, así como la explotación intensiva de los recursos minerales de la Tierra. Fue con la Revolución Industrial cuando los seres humanos empezaron realmente a cambiar la faz del planeta, la naturaleza de su atmósfera y la calidad de su agua. Hoy, la demanda sin precedentes a la que el rápido crecimiento de la población humana y el desarrollo tecnológico someten al medio ambiente está produciendo un declive cada vez más acelerado en la calidad de éste y en su capacidad para sustentar la vida.
1) Dióxido de carbono:
Uno de los impactos que el uso de combustibles fósiles ha producido sobre el medio ambiente terrestre ha sido el aumento de la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. La cantidad de CO2 atmosférico había permanecido estable, aparentemente durante siglos, pero desde 1750 se ha incrementado en un 30% aproximadamente. Lo significativo de este cambio es que puede provocar un aumento de la temperatura de la Tierra a través del proceso conocido como efecto invernadero. El dióxido de carbono atmosférico tiende a impedir que la radiación de onda larga escape al espacio exterior; dado que se produce más calor y puede escapar menos, la temperatura global de la Tierra aumenta.
Un calentamiento global significativo de la atmósfera tendría graves efectos sobre el medio ambiente. Aceleraría la fusión de los casquetes polares, haría subir el nivel de los mares, cambiaría el clima regional y globalmente, alteraría la vegetación natural y afectaría a las cosechas. Estos cambios, a su vez, tendrían un enorme impacto sobre la civilización humana. En el siglo XX la temperatura media del planeta aumentó 0,6 ºC y los científicos prevén que la temperatura media de la Tierra subirá entre 1,4 y 5,8 ºC entre 1990 y 2100.
2) Acidificación:
Asociada también al uso de combustibles fósiles, la acidificación se debe a la emisión de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno por las centrales térmicas y por los escapes de los vehículos a motor. Estos productos interactúan con la luz del Sol, la humedad y los oxidantes produciendo ácido sulfúrico y nítrico, que son transportados por la circulación atmosférica y caen a tierra, arrastrados por la lluvia y la nieve en la llamada lluvia ácida, o en forma de depósitos secos, partículas y gases atmosféricos.

La lluvia ácida es un importante problema global. La acidez de algunas precipitaciones en el norte de Estados Unidos y Europa es equivalente a la del vinagre. La lluvia ácida corroe los metales, desgasta los edificios y monumentos de piedra, daña y mata la vegetación y acidifica lagos, corrientes de agua y suelos, sobre todo en ciertas zonas del noreste de Estados Unidos y el norte de Europa. En estas regiones, la acidificación lacustre ha hecho morir a poblaciones de peces. Hoy también es un problema en el sureste de Estados Unidos y en la zona central del norte de África. La lluvia ácida puede retardar también el crecimiento de los bosques; se asocia al declive de éstos a grandes altitudes tanto en Estados Unidos como en Europa.
3) Destrucción del ozono:
En las décadas de 1970 y 1980, los científicos empezaron a descubrir que la actividad humana estaba teniendo un impacto negativo sobre la capa de ozono, una región de la atmósfera que protege al planeta de los dañinos rayos ultravioleta. Si no existiera esa capa gaseosa, que se encuentra a unos 40 km de altitud sobre el nivel del mar, la vida sería imposible sobre nuestro planeta. Los estudios mostraron que la capa de ozono estaba siendo afectada por el uso creciente de clorofluorocarbonos (CFC, compuestos de flúor), que se emplean en refrigeración, aire acondicionado, disolventes de limpieza, materiales de empaquetado y aerosoles. El cloro, un producto químico secundario de los CFC ataca al ozono, que está formado por tres átomos de oxígeno, arrebatándole uno de ellos para formar monóxido de cloro. Éste reacciona a continuación con átomos de oxígeno para formar moléculas de oxígeno, liberando moléculas de cloro que descomponen más moléculas de ozono.

Al principio se creía que la capa de ozono se estaba reduciendo de forma homogénea en todo el planeta. No obstante, posteriores investigaciones revelaron, en 1985, la existencia de un gran agujero centrado sobre la Antártida; un 50% o más del ozono situado sobre esta área desaparecía estacionalmente. En el año 2001 el agujero alcanzó una superficie de 26 millones de kilómetros cuadrados, un tamaño similar al detectado en los tres últimos años. El adelgazamiento de la capa de ozono expone a la vida terrestre a un exceso de radiación ultravioleta, que puede producir cáncer de piel y cataratas, reducir la respuesta del sistema inmunitario, interferir en el proceso de fotosíntesis de las plantas y afectar al crecimiento del fitoplancton oceánico. Debido a la creciente amenaza que representan estos peligrosos efectos sobre el medio ambiente, muchos países intentan aunar esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. No obstante, los CFC pueden permanecer en la atmósfera durante más de 100 años, por lo que la destrucción del ozono continuará durante décadas.
4) Hidrocarburos clorados:
El uso extensivo de pesticidas sintéticos derivados de los hidrocarburos clorados en el control de plagas ha tenido efectos colaterales desastrosos para el medio ambiente. Estos pesticidas organoclorados son muy persistentes y resistentes a la degradación biológica. Muy poco solubles en agua, se adhieren a los tejidos de las plantas y se acumulan en los suelos, el sustrato del fondo de las corrientes de agua y los estanques, y la atmósfera. Una vez volatilizados, los pesticidas se distribuyen por todo el mundo, contaminando áreas silvestres a gran distancia de las regiones agrícolas, e incluso en las zonas ártica y antártica. Aunque estos productos químicos sintéticos no existen en la naturaleza, penetran en la cadena alimentaria. Los pesticidas son ingeridos por los herbívoros o penetran directamente a través de la piel de organismos acuáticos como los peces y diversos invertebrados. El pesticida se concentra aún más al pasar de los herbívoros a los carnívoros. Alcanza elevadas concentraciones en los tejidos de los animales que ocupan los eslabones más altos de la cadena alimentaria, como el halcón peregrino, el águila y el quebrantahuesos. Los hidrocarburos clorados interfieren en el metabolismo del calcio de las aves, produciendo un adelgazamiento de las cáscaras de los huevos y el consiguiente fracaso reproductivo. Como resultado de ello, algunas grandes aves depredadoras y piscívoras se encuentran al borde de la extinción. Debido al peligro que los pesticidas representan para la fauna silvestre y para los seres humanos, y debido también a que los insectos han desarrollado resistencia a ellos, el uso de hidrocarburos halogenados como el DDT está disminuyendo con rapidez en todo el mundo occidental, aunque siguen usándose en grandes cantidades en los países en vías de desarrollo. A comienzos de la década de 1980, el EDB o dibromoetano, un pesticida halogenado, despertó también gran alarma por su naturaleza en potencia carcinógena, y fue finalmente prohibido.

Existe otro grupo de compuestos íntimamente vinculado al DDT: los bifenilos policlorados (PCB). Se han utilizado durante años en la producción industrial, y han acabado penetrando en el medio ambiente. Su impacto sobre los seres humanos y la vida silvestre ha sido similar al de los pesticidas. Debido a su extremada toxicidad, el uso de PCB ha quedado restringido a los aislantes de los transformadores y condensadores eléctricos. El TCDD es el más tóxico de otro grupo relacionado de compuestos altamente tóxicos, las dioxinas o dibenzo-para-dioxinas. El grado de toxicidad para los seres humanos de estos compuestos carcinógenos no ha sido aún comprobado. El TCDD puede encontrarse en forma de impureza en conservantes para la madera y el papel y en herbicidas. El agente naranja, un defoliante muy utilizado, contiene trazas de dioxina.
5) Otras sustancias tóxicas:
Las sustancias tóxicas son productos químicos cuya fabricación, procesado, distribución, uso y eliminación representan un riesgo inasumible para la salud humana y el medio ambiente. La mayoría de estas sustancias tóxicas son productos químicos sintéticos que penetran en el medio ambiente y persisten en él durante largos periodos de tiempo. En los vertederos de productos químicos se producen concentraciones significativas de sustancias tóxicas. Si éstas se filtran al suelo o al agua, pueden contaminar el suministro de agua, el aire, las cosechas y los animales domésticos, y han sido asociadas a defectos congénitos humanos, abortos y enfermedades orgánicas. A pesar de los riesgos conocidos, el problema no lleva camino de solucionarse. Recientemente, se han fabricado más de 4 millones de productos químicos sintéticos nuevos en un periodo de quince años, y se crean de 500 a 1.000 productos nuevos más al año.

6) Radiación:
Aunque las pruebas nucleares atmosféricas han sido prohibidas por la mayoría de los países, lo que ha supuesto la eliminación de una importante fuente de lluvia radiactiva, la radiación nuclear sigue siendo un problema medioambiental. Las centrales siempre liberan pequeñas cantidades de residuos nucleares en el agua y la atmósfera, pero el principal peligro es la posibilidad de que se produzcan accidentes nucleares, que liberan enormes cantidades de radiación al medio ambiente, como ocurrió en Chernóbil, Ucrania, en 1986. Un problema más grave al que se enfrenta la industria nuclear es el almacenamiento de los residuos nucleares, que conservan su carácter tóxico de 700 a 1 millón de años. La seguridad de un almacenamiento durante periodos geológicos de tiempo es, al menos, problemática; entre tanto, los residuos radiactivos se acumulan, amenazando la

7) Pérdida de tierras vírgenes:
Un número cada vez mayor de seres humanos empieza a cercar las tierras vírgenes que quedan, incluso en áreas consideradas más o menos a salvo de la explotación. La insaciable demanda de energía ha impuesto la necesidad de explotar el gas y el petróleo de las regiones árticas, poniendo en peligro el delicado equilibrio ecológico de los ecosistemas de tundra y su vida silvestre. La pluvisilva y los bosques tropicales, sobre todo en el Sureste asiático y en la Amazonia, están siendo destruidos a un ritmo alarmante para obtener madera, despejar suelo para pastos y cultivos, para plantaciones de pinos y para asentamientos humanos. En la década de 1980 se llegó a estimar que las masas forestales estaban siendo destruidas a un ritmo de 20 ha por minuto. Otra estimación daba una tasa de destrucción de más de 200.000 km2 al año. En 1993, los datos obtenidos vía satélite permitieron determinar un ritmo de destrucción de casi 15.000 km2 al año, sólo en la cuenca amazónica. Esta deforestación tropical podría llevar a la extinción de hasta 750.000 especies, lo que representaría la pérdida de toda una multiplicidad de productos: alimentos, fibras, fármacos, tintes, gomas y resinas. Además, la expansión de las tierras de cultivo y de pastoreo para ganado doméstico en África, así como el comercio ilegal de especies amenazadas y productos animales podría representar el fin de los grandes mamíferos africanos.

8) Erosión del suelo:
La erosión del suelo se está acelerando en todos los continentes y está degradando unos 2.000 millones de hectáreas de tierra de cultivo y de pastoreo, lo que representa una seria amenaza para el abastecimiento global de víveres. Cada año la erosión de los suelos y otras formas de degradación de las tierras provocan una pérdida de entre 5 y 7 millones de hectáreas de tierras cultivables. En el Tercer Mundo, la creciente necesidad de alimentos y leña han tenido como resultado la deforestación y cultivo de laderas con mucha pendiente, lo que ha producido una severa erosión de las mismas. Para complicar aún más el problema, hay que tener en cuenta la pérdida de tierras de cultivo de primera calidad debido a la industria, los pantanos, la expansión de las ciudades y las carreteras. La erosión del suelo y la pérdida de las tierras de cultivo y los bosques reduce además la capacidad de conservación de la humedad de los suelos y añade sedimentos a las corrientes de agua, los lagos y los embalses. Véase también Degradación del suelo.

9) Demanda de agua y aire:
Los problemas de erosión descritos más arriba están agravando el creciente problema mundial del abastecimiento de agua. La mayoría de los problemas en este campo se dan en las regiones semiáridas y costeras del mundo. Las poblaciones humanas en expansión requieren sistemas de irrigación y agua para la industria; esto está agotando hasta tal punto los acuíferos subterráneos que empieza a penetrar en ellos agua salada a lo largo de las áreas costeras en Estados Unidos, Israel, Siria, los estados árabes del golfo Pérsico y algunas áreas de los países que bordean el mar Mediterráneo (España, Italia y Grecia principalmente). Algunas de las mayores ciudades del mundo están agotando sus suministros de agua y en metrópolis como Nueva Delhi o México D.F. se está bombeando agua de lugares cada vez más alejados. En áreas tierra adentro, las rocas porosas y los sedimentos se compactan al perder el agua, ocasionando problemas por el progresivo hundimiento de la superficie; este fenómeno es ya un grave problema en Texas, Florida y California. El mundo experimenta también un progresivo descenso en la calidad y disponibilidad del agua. En el año 2000, 508 millones de personas vivían en 31 países afectados por escasez de agua y, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 1.100 millones de personas carecían de acceso a agua no contaminada. En muchas regiones, las reservas de agua están contaminadas con productos químicos tóxicos y nitratos. Las enfermedades transmitidas por el agua afectan a un tercio de la humanidad y matan a 10 millones de personas al año.

Durante la década de 1980 y a comienzos de la de 1990, algunos países industrializados mejoraron la calidad de su aire reduciendo la cantidad de partículas en suspensión así como la de productos químicos tóxicos como el plomo, pero las emisiones de dióxido de azufre y de óxidos nitrosos, precursores de la deposición ácida, aún son importantes.